miércoles, 22 de enero de 2014

Cazadores de Tesoros

El caso del Navío Nuestra Señora de las Mercedes no es único, a lo largo de la historia numerosos barcos se han hundido a lo largo y ancho de los océanos. España es uno de los países con mayor cantidad de Patrimonio Subacuático, y esto se debe principalmente a su historia como metrópoli de un gran imperio colonial, entre los siglos XV y XIX una gran cantidad de navíos cruzaron el Atlántico conectando Europa y América. Estos viajes entrañaban grandes peligros, no solamente se enfrentaban al océano, a tormentas y huracanes, también estaba el peligro de los piratas, corsarios y bucaneros, además de las flotas enemigas que en tiempos de guerra, atacaban las rutas de comercio. 

Entre los naufragios más destacados podemos citar el caso del Navío Nuestra Señora de Atocha, y el de Santa Margarita, o el Nuestra Señora de Guadalupe y San Antonio. En los tres casos he de decir que se trata de grandes barcos, que iban cargados con grandes cantidades de oro y plata, y que los tres se hundieron debido a huracanes. También tienen en común que han sido objeto de expolio por parte de cazatesoros.

Tras el caso del "Tesoro de las Mercedes" y el litigio judicial entre España y la empresa Odissey, se ha retomado el tema de las empresas de "recuperación". 

Este es el caso del Galeón Español Nuestra Señora de Atocha:


Fue construido en La Habana en 1620, tenia 34 metros de eslora, 10 de manga y 4 pies de calado, contaba con una altura de 6 metros desde la cubierta. Tenía 4 mástiles, con velas cuadradas y un palo de mesana con vela latina. Dos castillos, uno en proa y otro en popa. Estaba dotado con 30 cañones de bronce. Todo ello le daba un peso de unas 550 toneladas.

En 1622, la flota de Tierra Firme inicia su regreso a España. En primer lugar realiza una parada en Cartagena de Indias, donde cargaron oro y esmeraldas, y pusieron rumbo a Cuba. Como buque almirante de la flota iba el "Nuestra Señora de Atocha" y el Santa Margarita". El "Atocha" iba pertrechado con tipo de riquezas como carga: 125 barras y discos de oro, 24 toneladas en lingotes de plata, 180 pesos en monedas de plata, 1.200 libras de objetos de plata trabajada, 585 lingotes de cobre, perlas, esmeraldas, 350 cofres de índigo, 525 fardos de tabaco, y otras propiedades no declaradas de la tripulación y pasajeros. Por el contrario, el Santa Margarita llevaba una carga más acomodada a su tamaño.


El 5 de septiembre de 1622, un fuerte huracán los alcanzó en el estrecho de los Cayos de La Florida. Esa noche ocho barcos de la flota se hundieron en el mar, entre ellos "Nuestra Señora de Atocha" con 265 personas y todo su cargamento. El "Santa Margarita" también se hundió, pero se pudo rescatar con vida a 68 personas y de sus restos se pudo recuperar gran parte del cargamento de lingotes de oro, y cerca de 64.000 monedas de plata, además de piedras preciosas, perlas y 8 cañones. Pero del "Atocha" no se supo nada, se perdió su localización, ya que acabó hecho trozos durante el huracán.

FUENTE: La Rosa de los Vientos

A finales de la década de 1960, el californiano Mel Fisher dio con la pista de los navíos españoles gracias a documentos del Archivo de Indias. Fisher había participado en la exploración de otra flota española hundida en 1715 por un huracán en los Cayos de Florida, cuyos restos había localizado Kip Wagner en 1959. El Atocha era un objetivo muy apetecible y se lanzó en su búsqueda. Creó la empresa llamada Treasure Salvors e implicó a su familia en la búsqueda. Se procuró un buen equipo de técnicos, buzos e inversores, además de la tecnología de exploración puntera de la época.

Las prospecciones comenzaron en 1971 y al poco localizaron al sur de Cayo Hueso una enorme ancla. Desde ese momento se sucedieron los hallazgos dispersos. Al parecer, el navío había perdido parte del cargamento durante el naufragio. En 1975 se localizaron dos grupos de cañones de bronce, cuyos números de registro coincidían con los que portaba el Atocha en el momento de su hundimiento, por lo que el barco no podía andar lejos.


Durante los siguientes años se prosiguió la búsqueda, pero sin muchos resultados, la cuestión era, si el pecio encontraba en una zona de aguas someras, o por el contrario se hallaba a mayor profundidad. En 1980 el hijo de Fisher, Kane, localizó los restos del Santa Margarita, que aún conservaba parte de su carga. Finalmente Mel Fisher se decidió a buscar el Atocha en aguas más profundas y el 20 de Julio de 1985 localizaron los restos del casco del Atocha, que descansaban a 16 metros de profundidad.


El cargamento que recuperaron del Atocha ascendió a más de 1000 lingotes de plata, 125 barras y discos de oro, cien mil monedas de plata y oro, y una amplia colección de objetos personales. Además de numerosas piezas de joyería, piedras preciosas...

El grueso de los hallazgos fueron subastados en 1988 en la sala Christie's de Nueva York. Y una pequeña parte se quedó en el museo que la familia Fisher creó en Cayo Hueso.

FUENTE: National Geographic España




El expolio sufrido no ha terminado, ya que en 2011, buzos de la empresa Treasure Salvors, localizaron una cadena de oro con un crucifijo a unos 48 km de Cayo Hueso, que se valora en unos 250.000 dólares, y que probablemente formaba parte del tesoro del galeón español Nuestra Señora de Atocha


El crucifijo fue localizado por un submarinista del Museo Marítimo Mel Fisher, situado en Cayo Hueso, mientras el equipo de cazatesoros buscaba los restos del la sección de castillo de popa del galeón español.
Los descendientes de Fisher, que poseen los derechos sobre el pecio, siguen buscando el resto del tesoro del Atocha.

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