En
función de sus características y sobre todo de su interacción con el medio acuático,
los yacimientos pueden ser agrupados en la siguiente tipología:
- Tipo I: Restos de estructuras originalmente construidas en tierra firme pero que, por variaciones en la línea de costa, actualmente se encuentran sumergidas a muy pocos metros de profundidad. El ejemplo seria el yacimiento de Portus Iulius en Nápoles, en el que los restos se encuentran a unos 7 metros de profundidad.
- Tipo II: Restos de estructuras construidas para estar en el medio marino, relacionadas con infraestructuras portuarias o explotaciones pesqueras. Serían los diques y muelles de un puerto o los viveros de pescado.
- Tipo III: Restos de actividades humanas realizadas en el mar. Comercio, pesca, alimentación, desarrolladas mientras las embarcaciones se encuentran fondeadas. Se trata de yacimientos conocidos popularmente como fondeaderos, su principal característica es la presencia de materiales arqueológicos heterogéneos en cuanto a su procedencia, funcionalidad y cronología que, sin presentar las grandes concentraciones de un pecio, sí que abarcan áreas, en ocasiones muy extensas. En estas zonas no es extraña la presencia de pecios.
- Tipo IV: Naufragio (normalmente a poca profundidad) afectado y disgregado por los temporales y mar de leva. Respecto a los pecios es necesario hacer una diferenciación respecto al estado de conservación y envergadura del yacimiento, ya que en la mayoría de las ocasiones va determinado por como incide el oleaje en el lecho marino, salvo en aguas abrigadas, como las calas, el factor condicionante es la profundidad. El proceso postdeposicional de los yacimientos situados entre la cota de 0 y 13m aproximadamente viene determinado por la acción destructora de los temporales de fondo marino, se crea un tipo de yacimiento que presenta una dispersión y fragmentación importante de sus elementos constitutivos, desapareciendo los volúmenes.
- Tipo V: Naufragio en buen estado de conservación. Este tipo se refiere a pecios que generalmente se encuentran en los fondos en los que la energía de las olas no incide de manera notable, por lo que se han podido conservar de manera notable.
- Tipo VI: Yacimientos arqueológicos en los actuales niveles freáticos. Existen yacimientos arqueológicos que en el momento de su creación fueron subacuáticos, pero que por una serie de procesos geomorfológicos se encuentran en la actualidad en tierra firme, dentro del nivel freático. Estos yacimientos de corte náutico en los niveles freáticos actuales deben ser considerados yacimientos subacuáticos. Ya que presentan problemáticas similares a los de los yacimientos arqueológicos subacuáticos. Las metodologías de excavación y registro en este tipo de yacimientos, así como el campo de investigación y conocimiento requieren del concurso de arqueólogos subacuáticos para su excavación y documentación.
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